NACIÓN RAZA

Soy padre, hace un par de años que lo soy, cuando no lo eres no te ves en la necesidad de decir muchas cosas por fatiga o tal vez prepotencia, para que te preguntas, sino van a entender, si el mensaje se va quedar diluido en la indiferencia de un par de inconscientes, no vale la pena, es más cómodo reírles las gracias, siempre agradecen un gesto complaciente, aunque de gracia no tengan ninguna. Mis amigos de Girona suelen catalogarme desde siempre como una persona irónica, uno de esos seres que suele hablar poco y escuchar atentamente, como quien quiere atrapar una frase en el aire, tal vez tienen razón, tal vez simplemente espero conseguir en el discurso que escucho la razón de esas palabras.
Desde pequeño recibí muchos mensajes distintos, algunos carentes de sentido, otros intentaban distorsionar la realidad con resentimientos y odios incomprensibles.
Ahora con la dificultad de los tiempos que corren parecen volver a mis oídos con una rabia renovada y como antes dirigidos a los de siempre, los que están fuera del circulo, los que debido a su color de piel o cultura se muestran como un componente ajeno a la comunidad, son como dirían los primeros griegos extranjeros y por tanto peligrosos.
No podemos permitir que esta crisis alimente nacionalismos demagogos, no podemos olvidar que fue la formula de ambiciosos nacionalismos de otros tiempos los que embarcaron a la humanidad a la primera guerra mundial, no podemos olvidar que años después otras ideologías nacionalistas fueron el germen del que se alimento el nazismo en Alemania, el fascismo en Italia y la devoción a Hirohito en Japón con el resultado de otro conflicto más sanguinario y la justificación de la limpieza étnica como la formula más perfecta al servicio de la nación.
¿os acordais de aquel país llamado Yugoslavia?
Pero mi repulsa no acaba en los nacionalismos mencionados anteriormente, no soporto nacionalismo de ningún tipo, en mi opinión es una peores lacras que trajo consigo la modernidad, todos encierran en su esencia el separatismo y la exclusión. Y de esto a las ideologías fanáticas que no respetaban el derecho a la vida, dista un paso, todo en pos de la patria, aunque dicha patria fuera un invento de sus padres en el fan de monopolizar la mayor cantidad de riqueza.
Ahora no quisiera que mis palabras se confundieran en el océano de discursos fáciles que hacen apología de la discriminación positiva, para mi esta es la bandera de políticos inconscientes con su entorno.
El blanco no es un color, el amarillo no es un color, solo el negro es de color. Estamos tan cagados por no incurrir en una incorrección política que caemos en el patetismo tantas veces, tenemos tanto cuidado que dejamos que se insuflen pensamientos erróneos, que se permita a la población llegar a conclusiones equivocadas sobre un favoritismo económico hacia culturas ajenas. Idea que no hace más que alimentar odios e inflamar a los demagogos dotándolos de las armas necesarias para manejar al vulgo ansioso de encontrar un culpable a su situación.
Se elimina con obscena frecuencia las expresiones culturales propias en el afán de que estas manifestaciones no interfieran molestamente en la cultura del recién llegado, mientras que por otra parte expresiones culturales ajenas se muestran sin complejos por espacios comunes de la comunidad ocasionando con esta contradicción un natural sentimiento de invasión.
Es de inmediata necesidad corregir estos errores y rescatar la dialéctica necesaria entre los políticos y la comunidad que permita un buen entendimiento que conduzca a la sociedad al cosmopolitalismo.
Desde occidente siempre hemos sufrido una vehemente carrera por clasificarlo todo, por encontrar la etiqueta perfecta que determine el grado justo para todo, una estupida carrera en que las personas somos incapaces de entender el todo de una manera global, una dificultad añadida por la falta de tiempo, nos hace perder la capacidad de tener una verdadera perspectiva de la realidad, de una realidad entendida desde todos sus aspectos, desde todas sus miradas, nadie es capaz de cambiar de escenario, solo observan desde su feudo, desde su cultura, creyéndose poseedores de la verdad como si esta fuera solo una, cuando en realidad son muchas.
Pero retrocedamos en el tiempo buscando el momento en que el hombre empezó a encontrar diferencias que demostraran que existían razas superiores a otras y con esto justificar el dominio de unas culturas sobre otras.
Las primeras civilizaciones tenían esclavos de distintos colores dependiendo que hubieran sido conseguidos en África o Europa, ni los griegos, ni los romanos hacían distinciones entre sus esclavos blancos o negros a veces más blancos que negros o más negros que blancos todo dependía de la ubicación de la última cultura conquistada.
Los primeros egipcios por su parte empezaron a hacer clasificaciones entre las razas, ellos decían que al sur los hombres eran negros, al este amarillos, al norte blancos y ellos eran, como no, rojos como su sol, pero en esta clasificación tampoco se puede encontrar indicio de racismo, ellos igual que sus colegas europeos no discriminaban a sus esclavos por su color de piel simplemente esto atendía a la cultura conquistada. Su civilización se alargo en el tiempo y en el espacio de tal manera que llego a tener faraones negros, amarillos, blancos y claro esta rojos.
Para los árabes del pasado la diferencia entre razas era cosa del sol, era este el astro que había decidido quemar con su fuerza a los primeros hombres del sur, legando su color carbonizado a su estirpe, a los del norte les había negado el calor de sus rayos dejándolos crudos, una herencia lívida en algunos casos casi transparente para sus hijos.
Mientras que a ellos les había brindado la cantidad exacta de sus rayos dejándolos al punto perfecto.
En la edad media tampoco encontramos pruebas de racismo, las diferencias entre culturas atendían sobretodo a temas religiosos, aunque poco después durante el renacimiento se estiro la cuerda y de esas diferencias religiosas aparecieron rasgos biológicos determinantes, los judíos no solo eran descendieres del diablo también compartían rasgos comunes que los identificaba, como su nariz aguileña. Los exploradores de este tiempo pusieron su granito de arena en el asunto, describiendo una separación tan fina entre africanos y simios que daba a entender la lógica interrelación sexual entre ambas especies.
¿Los indios son humanos? Se preguntaban los primeros españoles en América, ¿Por que no salen en la Biblia si lo son? Entonces que son animales.
Para entonces ya estaba todo perdido, la creencia de razas superiores daría pretexto moral para que el colonialismo con su ansiedad nacionalista se expandiera por todos los continentes, aplastando a las culturas diferentes.
Mucho tiempo después algunos científicos cometieron la inmoral e irreverente ocurrencia de demostrar mediante algunos fósiles que el hombre tenia un antepasado común con el mono y que su epicentro como era de esperar era el mismo que el de su primo. Hasta entonces los fósiles que se encontraban y no correspondían a animal conocido se catalogaban como una especie desechada por dios durante algún diluvio, por lo visto una serie de rectificaciones divinas habían ido sumergiendo el planeta de manera cíclica. En una excursión del Beagle para datar algunos de esos diluvios sagrados un devoto naturalista llamado Darwin descubrió que algunos de esos fósiles eran de la misma especie pero mostraban ligeros cambios que respondían al paso del tiempo, acababa de descubrir la evolución de las especies.
Hace varios años que frecuento un restaurante chino, siempre voy solo y entre semana cuando no hay nadie, me siento en la mesa más alejada y desde allí reviso algún texto o escribo alguna cosa.
Este martes estaba escribiendo en una libreta el articulo que estáis leyendo cuando llego el chopsuey de ternera, siempre es chopsuey que sea de ternera, cerdo o pollo es una decisión de Wang, hace mucho que acordamos debido a su información privilegiada que escogiera él la carne del día, de todo lo demás sabe que siempre es lo mismo, por lo que solo dejo lo que este haciendo para informarme de cómo le ha ido la semana, sus respuestas siempre son justas y cordiales, fiel a su cultura nunca se ha tomado ninguna confianza. Lixue es el nombre de su hija, nació el mismo mes que mi hijo y casi siempre acabamos hablando de cómo esta Marc y ella, los dos pequeños llevan muy mal la húmedad de Girona.
Wang colocaba el chopsuey sobre la mesa con la sonrisa dócil al estilo oriental, pero yo con el tiempo he aprendido a leer en sus facciones cuando esta es sincera o responde simplemente a las normas cortesía establecidas de su cultura, escarbe con las preguntas de siempre. La pequeña Lixue a marchado a China esta tarde, necesitan dinero y la mujer la Wang tiene que trabajar jornadas completas, nadie se puede quedar con la pequeña, tras explicarme esto recupera su postura de sonrisa aprendida, yo intento devolverle la misma normalidad indicándole que el verano es una temporada muy corta, pero él me corrige, su hija no volverá hasta que pasen los años suficientes para que pueda quedarse sola en casa.
No me siento superior por ser blanco, ni por occidental, simplemente me siento afortunado por haber nacido en esta cultura y en este momento, simplemente afortunado por que yo podré besar a mi hijo mañana.
Todos nacemos iguales, lo que es diferente es la cultura que aprendemos, lo que marca nuestra posibilidad responde en gran medida a la ruleta de las circunstancias.


Jorge Maruejouls

No hay comentarios: