La imaginación es como una gota que cae en un lago, su onda se expande mediante círculos que cubren la realidad que habita en la memoria. Pero que pasa cuando la pasión desbocada de momentos intangibles desaparece bajo la neblina de lo que tenia que ser, solo el vacío de cada historia acontece al final, certeza que mareaba con la tinta desordenada de mis letras. Pero ahora el mensaje inconexo de mis palabras muestra con obscena claridad lo absurdo de mi intento. Me pregunto por que, como si esa vía de escape fuera un derecho inherente a mi persona. De niño no me gustaban los lugares oscuros, me daban miedo, luego la realidad no me gustaba y volví a los lugares oscuros donde nacieron mis primeras historias, todas ellas llenas de la luz que dio sentido a mis días. Tal vez fue la musa, tal vez se canso de tanta nostalgia, tal vez comprendió por fin que todas las historias eran la manera en que un artesano rehuye escribir aquella gran historia que le dio sentido a su presencia, tal vez al final entendió que era un cobarde o tal vez simplemente se confunde, tal vez jamás existió tal historia, tal vez el poetrasto entendió por fin que la vida es demasiado efímera, que su transcurso demasiado dramático para tomárselo en serio, tal vez, solo tal vez ahora sonría.
2 comentarios:
Hola Jorge, no recuerdo mucho desde hace muchos años, estudiamos juntos en lima, gracias a Alberto me encontré con tu espacio el que ahora sigo, que se mantenga tu individualidad es costoso por que la comunidad nos orilla y obliga a comercializar pensamientos, deseo sigas adelante, aquí tienes un amigo que no te recuerda pero te reconoce.
Daniel Malpartida
Un gran abrazo Daniel y esta casa virtual es la tuya, amigo.
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