La tinta de los sueños
Un espacio donde hablar de libros, cine, algo de música y todo aquello que nos emocione.
Vides secretes
Tenia setze
anys i pensava que per fi havia comprat la meva llibertat, m’havia costat dos estius
treballant a la pizzeria. Xavier, que era com es deia el mecànic, s’havia pres
molt seriosament el fet d’explicar-me com havia de fer el rodatge de la moto, així
que ignorant las seves paraules vaig prémer l’accelerador cap a la vida que
segur que havia d’existir més enllà de
l’Escala; primer Viladamat, després Saus, més tard Camallera, fins a Mendiyà.
Tots eren deserts, a les places dels pobles només es veia algun avi passejant
la seva desgana. No m’ho podia creure, però encara tenia una oportunitat. La
capital, sí, a la capital segur que hi hauria ambient. Quant hi vaig arribar els
nervis i la fred competien per ser els principals artifexs de la tremolor que s‘endevinava
al meu llavi inferior. Però tampoc no hi havia ningú. Vaig passejar pels seus
carrers vells imitant els avis que havia vist. Fins que em vaig trobar a la
Rambla, davant de la llibreria Geli. Vaig veure una noia que tímidament em
mirava des de l’entrada de la llibreria, com si li estranyés que hi hagués una
altra persona de la seva edat al món. Va seure en un banc que hi havia al
costat de la entrada, va treure d’una bossa “Tendra és la nit”, d‘Scott Fitzerald i amb un boli va escriure a la
primera plana el seu nom i el seu telèfon, va deixar el llibre al banc i va
marxar sense acomiadar-se. Des d‘aquella nit vaig tornar al mateix lloc cada
vegada que tenia festa, al principi per comprar llibres on seguir trobant aquell
mon glamurós i ple d’aventures que m’explicava Fitzerald, però després varen
venir les paraules amb què Mario Vargas Llosa explicava la dolça nostàlgia
criolla. Com descriu la confusió de Sudàfrica, Coetzee. Les febres de
Dostoyevski o l'angunia de Céline.
A la noia mai li vaig trucar, Scott Fitzerald ja
m’havia donat el que buscava, m’havia donat la llibertat.
¿El islam contra occidente?
El mundo está cambiando rápidamente y las ideas son cada vez menos perceptibles como verdades absolutas, ya ni tan siquiera como resultados de conceptos claros, cada vez se difuminan más las realidades confundiéndose entre sí, creando la necesidad de canales más exigentes de comprensión que no banalicen sobre enrevesados conceptos de sensibilidad extrema. Por este motivo he sentido la necesidad académica de intentar descifrarlos.
Sobre
la esfera de un mundo globalizado, la radicalización extrema de algunos grupos
islamistas y su nueva táctica de externalizar su lucha, no deja espacio a la
duda sobre la necesidad innegable de entendimiento entre la cultura occidental
y la cultura musulmana, necesidad entendida como única salida real a la crisis
de inseguridad que ocasiona el terrorismo. El mundo es ahora un lugar demasiado
pequeño para seguir ignorándonos y lo que ocurra en el extremo opuesto del
planeta acabará tarde o temprano afectando nuestro modo de vida.
En
oriente la caída de las dictaduras y de los gobiernos de talante panarabistas,
la incapacidad de una renovación política real por parte de los grupos laicos,
el bloqueo de los movimientos islamistas moderados por parte de la comunidad
internacional, el exceso de corrupción de las cúpulas militares, ha llevado al
fortalecimiento inaudito de grupos terroristas que bajo la manipulación del
verdadero significado de la yihad que
explica el Corán, arrastran a la radicalización a miles de personas formando
ejércitos que vencen a los ejércitos regulares de algunos países árabes, que
son capaces de tomar ciudades y de inventarse su propio estado sin que la
comunidad internacional sea capaz de impedirlo, grupos terroristas que sin
complejos adoctrinan ciudadanos de todo el mundo para que se sumen a su causa,
haciendo eclosionar el terror en el seno de la comunidad occidental.
En
occidente la población es azotada por una terrible crisis económica que los
gobiernos intentan solucionar ahondando más en el capitalismo, arrastrando con
ello una innegable crisis de valores. El prometido estado de bienestar acota
sus límites dejando fuera todo aquello que le es incomodo, todo aquello que le
es por naturaleza ajeno.
Las
reglas de la geopolítica mundial han cambiado y es necesario crear nuevas
estrategias desde el entendimiento de la alteridad y sobretodo buscar el
auténtico germen responsable de que dicha alteridad se manifieste con
hostilidad. Ahora ya no queda espacio para la sistemática etiquetación
demagógica con la que hemos estado siendo distraídos por gobiernos sometidos a
los poderes fáticos del momento. La violencia y el odio se manifiestan ahora en
cualquier lugar del planeta, la manipulación de los estratos menos favorecidos
de la sociedad es una realidad de todas las metrópolis y más que nunca de las
occidentales.
La
incapacidad de entendimiento de la alteridad se está manifestando de forma
obscena en nuestro tiempo, se están creando de manera vertiginosa nuevas clases
que no mantienen una comunicación real entre ellas, estratos que se niegan o se
ignoran y en consecuencia acaban odiándose. Aparecen nuevos barómetros de
diferenciación mientras los ya existentes en algunos casos se radicalizan o desaparecen.
La globalización está convirtiendo el mundo en un lugar más homogéneo pero a la
vez con unas diferencias más marcadas en cada sector. Cada lugar tiene unas
características más parecidas entre sí pero con estratos sociales in situ más distantes, las desigualdades
no han hecho más que crecer sirviendo de combustible a la radicalización,
radicalización que se muestra para una enorme masa de población mundial como
única salida a una situación económica, social y cultural insostenible.
Los
objetivos de dicha reflexión se basarían por tanto en la comprensión del germen
de la radicalización de dichas diferenciaciones, en busca que desde su
comprensión se logre visualizar nuevas dialécticas eficaces para hacer frente
al problema mundial de entendimiento entre civilizaciones, dialécticas que el
poder establecido no ha sabido encontrar mientras seguía con su obstinada e
ineficaz táctica de negar o aplastar lo diferente.
¿No es
un problema económico el que está transformando el identitario de las
civilizaciones?
Continuara…
Jorge Maruejouls
What is fascism and why did it appear?
Fascisms fed since 1920 on the excessive fear of what could happen with the social revolutions of the left. All the fascist politic parties felt the same hate towards the left. In their thoughts they were connected with an ancient power, the established power. They were in most cases soldiers that were prepared to crush any kind of violence. That is why the established power believed in them. The countries where the fascist system won as a way of government, were countries that were not used to a democratic government and didn't have the chance to enjoy a situation of prosperity with the liberal governments that ruled them. We can see people with no revolutionary past, people who has not bled for his individualism, people used to follow his leaders until the nonsense.
The dramatic inflation that Germany suffered from 1919 until 1923 made it not possible to
maintain the payments that the winners from WWI demanded. This gave France the excuse to take over the industrial area of Ruhr. This situation made the German people feel closer
to fascism as the highest way of nationalism. The hate towards the other countries was the symbol of this people. They thought that the winners of WWI were responsible for them not being able to overcome the crisis.
In Italy the people was very angry because although they had won WWI, 650.000 people
had died and the state funds were empty. In 1919 the crisis was unbearable, syndicates and parties of the left took the streets of the cities, both wanted to overthrow the liberals that
ruled the country. But as the situation became more unstable, people began to feel fear and looked for security in the party of Benito Mussolini, a fascist party organized as a militia.
It is very important to understand that fascism is not a politic movement born from the poor
people or the working class, it is a politic movement born from the middle class and with the assistance of the higher class to hold back any kind of change from the left. Russia was
very near and echoes of their revolution arrived to Italy and Germany. But the leaders of the right didn’t know that these movements would burst into their own faces. Yes, when Hitler
and Mussolini reached the power, they changed the constitution and became dictators.
In the meantime in Spain the crisis that had afflicted this country since the end of the war
against USA, made to radicalize a national feeling. People was not comfortable with their
politics, they had driven the country adrift. The social tensions increased until it caused a
civil war. But the authoritarian regime from the far right that won the war was not fascist, did not mobilize the multitudes with speeches of radical rhetoric, did not want to democratize
one idea. They did not set up the fascism in this country, but disguised to get the favor from Germany and Italy.
By Jorge Maruejouls
When does history start?
I
want to talk about the time in which the mind of the people changed. In the
first civilizations, such as the Egyptian or the Mesopotamian, everything that
happened belonged to the first memory. Those cultures thought that all things had
to be the reflection of the primeval time, a time when the first king of the
civilizations had done something wonderful that turned him into the eternal God
of his people, the chosen people. If something wasn’t as in the primeval time
it was evil and had to be removed. That is why all the Pharaohs had the same
face and the same body, all the Kings of the ancient Egypt were the same God
and had to do the same acts. They were caught in the eternal cycle of time,
known as the eternal return. We can always see that the Pharaoh appears with
his huge mace to crush his enemies, but what is the story behind? Every Pharaoh
had the same drawing.
The story
of the Kings of the ancient Mesopotamia was not written for the people, but for
the Gods. That explains why theirs hieroglyphs were always written on the top
of the mountains. It is the same case for
the Pharaohs, as they wrote theirs hieroglyphs inside pyramids or temples
forbidden to people. These Kings were Gods
and did not need to talk to the people. Everything remained the same until the sunrise
of the classical era, that is the ancient Greece and the Roman Empire, a time
when people does not want anymore myths. What they want now is well-being and
if the King couldn't offer that he was in big trouble. For this reason it was
very important for the Kings of the Mediterranean sea to write the story of their
life, their family, their town, their victories, everything that showed they
were a good king. Their story was written now in the squares of the cities and
in the roads, everywhere for the people to read.
Western
civilization to invented history.
By Jorge Maruejouls
Human Evolution
I
like very much this moment of our history, because it is when we first appear
as species. Besides this was a time when we were a weak animal in a kind of
world where nothing was easy. Just imagine that we were for four million years endangered
as a species.
To
start we will talk about one kind of hominid called Australopithecus (means
monkey from the South). He is the first primate hominid that moves in bipedal way.
He lived in this world 6 million years ago. His home was a place now called
Africa. They were not very tall, only 1.20 or 1.30 I think, and weighed 25kg or
45kg. The males were a 50% bigger than females, while this
difference in humans is a 15%
But
although this primate plays an important part in human evolution and it is very
similar to homo species, it is not the same species because they do not have the
same molecular sequence, I mean that after the Australopithecus it existed
another primate closer to the species Homo (our species) but those fossils have
never been found, therefore all scientist talk about the transitional fossil.
The
first referent of our species appears 2,6 millions years before our time. It is
the Homo habilis. He is bigger, stronger and above all more intelligent than the
Australopithecus. He is the first primate that uses tools which he makes of
stone, that is why this period is called Paleolithic (means, old stone). The
females had a smaller pelvis and had to give birth before, that is why the baby
was more defenseless and that helped to create a stronger relationship and that
was a very good thing for the culture of the tribe.
Suddenly,
one million years after, appears the Homo erectus. He is more intelligent than
Homo habilis and knows how to make fire. The two species compete for the same
resources and the Homo habilis becomes extinct.
1
million years later appears the Homo sapiens neanderthal (mean, wise man from
valley Neand) He is almost two times more intelligent than Homo erectus, even
more than us, he is the stronger homo, his body is adapted to the natural
environment. When he breaks a bone, he recovers without assistance. He was the
perfect machine and his home was whole Europe. For 100.000
years they were the kings of the continent.
But then
an intruder from of Africa called Homo sapiens sapiens arrived (mean,
double wise man) less adapted to the environment, weaker. All seemed in this
hominid worse than the Neardenthal, but his throat was capable to do complex sounds,
therefore they were able to create a language and with that to get a good
organization. Besides also his brain was different, they could imagine different
things and try to change the surroundings.
The
adaptation doesn’t matter, that was the beginning of the end of the world.
By Jorge Maruejouls
Donde habita el bien
Reflexiones de un humanista
La moral es la manera natural en que nos desenvolvemos en el entorno que nos rodea, es la forma en que reaccionamos ante cualquier situación o circunstancia, algo que responde a un aprendizaje vital y cultural, por tanto social y en constante movimiento. Bajo esta premisa hay que entender el concepto como algo adaptable ante diferentes circunstancias, una manera de hacer que obedecerá no solo sus propios valores o conceptos sino que se amoldara para convertir su acción en algo eficaz que responda de manera satisfactoria a aquello que consideremos bueno.
La
ética es aquella que nace de la observación primordial de la moral y que tras
reflexionar sobre los hechos realizados los somete a un examen en busca de
aquello que es correcto o incorrecto, fundando de esta manera los cimientos de
los valores que se deben seguir. La ética es por tanto la responsable de filtrar
la moral y de alterarla o intentar alterarla en pos del concepto de bien. Pero
cada individuo tiene que estar alerta porque la moral tiene la capacidad de
desentenderse del concepto ético y obedecer el capricho de emociones o dejarse
llevar por los prejuicios del entorno.
Ahora
el relativismo moral con el que hacen banderas algunos progresistas
trasnochados o licenciados en antropología romántica. No cree en unos valores
universales dado que antepone a la posible existencia de los mismos, la
diversidad de las cultural con valores distintos y en muchas ocasiones
contrarios, por tanto basándose en ese criterio, una sociedad carece de derecho de juzgar los valores de otra con su
propia moral sino que por el contrario, tiene que insertar el código moral de
la cultura juzgada para sacar una conclusión correcta sobre si un acto es bueno
o malo.
Pero existen
cosas que extrapolan un momento determinado y son malas en cualquier espacio
temporal, atrocidades que la coyuntura del momento y el lugar dieron cabida,
pero que como especie humana estamos obligados a enfrentarlas, moralidades que
tienen un concepto equivocado de lo que es bueno o malo.
No
porque algo sea útil en un tiempo tiene que ser bueno, tal vez es útil o
aceptable porque existen los mecanismos adecuados para que dicha moral se lleve
a cabo. No porque sea útil tiene que ser por fuerza algo bueno, lo eficaz puede
seguir un fin que repercuta negativamente a la larga en la sociedad.
Pero
si nos alejamos del fin y obedecemos un criterio moral que someta a juicio el
ejercicio mismo del acto y no solo su fin, conseguiremos acercarnos de manera
acertada a lo que es bueno. Nunca debemos olvidar la mayor máxima de la ética:
“el máximo bien para el mayor numero”.
Al no
aceptar que las sociedades se puedan comparar unas a otras, el relativismo
moral está negando la relevancia de los barómetros de calidad de vida de los
habitantes como, la democracia, educación, libertad, sanidad.
De
manera tolerante se tienen que utilizar unos valores universales que, aunque no
sean aceptados por todas las sociedades, busque en mayor beneficio de la
mayoría. Debemos acercar esos valores universales hasta los causes de la
Declaración de los derechos humanos.
No se
puede aceptar que cada individuo ejerza su propia moral aún cuando esta sea
maliciosa para la sociedad, los derechos de todo individuo acaba cuando estos
agreden a los derechos de otros. No podemos aceptar que el relativismo moral
justifique el secuestro de la cordura que padecen algunas sociedades. Ni
blindar de la impunidad que da la bandera de la tradición lo que no es
correcto.
Jorge Maruejouls
Jorge Maruejouls
La Boquería
Ignorando la fealdad
con que la Boquería rompe la hegemonía de las calles adyacentes a la Rambla, le
entusiasmó divisar aquella estructura metálica. Había descubierto ese lugar un
día que hizo compañía a Dani en un documental fotográfico para “La Vanguardia”. Desde entonces, tanto él
como su amigo recorrían habitualmente esa zona de Barcelona. Cerró su vieja
chaqueta recreándose con su rugoso tacto, como quien comparte un estado de
ánimo. Con un andar lento pero decidido, se iba convirtiendo en una esponja que
absorbía olores, colores y sonidos, un éxtasis receptivo en que todo gozaba de
un alboroto estético. Se sentía tan pleno dentro de aquel mercado que lo
comparaba con un gran núcleo de energía; un frenesí sensorial que invadía cada
molécula de su cuerpo.
Lo que más buscaba
eran los olores, aunque también estaban los colores y no sólo en los alimentos.
Se maravillaba con las cantidades indigestas de emigrantes que abarrotaban el
mercado en busca de buenos precios o mercancías ajenas a lo mediterráneo. La
Boquería se había tenido que adaptar a esas nuevas demandas trayendo toda
suerte de frutas y especias, algunas totalmente desconocidas para los
comerciantes, obligándolos a ponerse rápidamente al día sobre la maduración de
unas y el color necesario para otras. Cómo olían esos condimentos; según se
había informado en su mayoría procedían de Sudamérica. No podía evitar
aproximar impúdicamente sus fosas nasales a una especia de carmesí abusivo y
textura de compota. Desprendía un olor que maravillaba sus sentidos y agudizaba
sus glándulas salivales. Aunque el dependiente boliviano, acostumbrado a su
extasiada expresión, lo había alentado en más de una ocasión a comprar “Ají
amarillo”, nombre que demostraba la testarudez de su daltoniano creador, nunca consiguió
convencerlo. Marc siempre le respondía amablemente intentando alargar su
conversación para poder observar pausadamente, esas facciones indias que le
resultaban tan interesantes. El grueso cabello azabache que cubría su cabeza
tenía más que ver con el pelo que tienen los hombres en algunas partes
pudendas, erguido como huyendo de sus pensamientos se separaba de su cuero
cabelludo brillando aceitosamente. Su nariz era de un achatado moldeado por los
golpes y tras sus toscos labios mal disimulados por su vellosidad, aparecía una
dentadura amarillenta que la cubierta de oro de uno de sus incisivos no
disimulaba. Lo mejor que tenía este personaje eran sus ojos, achinados, pero
con el suficiente magnetismo para entrever lo interesante que podía resultar su
interior. Pero Marc, poniendo a prueba la paciencia de aquel indio, nunca se
atrevió a comprar el “Ají Amarillo”. No se arriesgaba debido a que desconocía
la preparación de los platos que lo llevaban, temía que el resultado rompiera
su magia. Estaba seguro que si se dedicaba a escribir algunas líneas sobre ese
lugar el resultado sería más que satisfactorio, pero no quería hacerlo, el
mercado era una exquisitez que se reservaba para él.
Tras estos paseos por
la Boquería se sentía tremendamente agotado, algo contradictorio al saber que
consideraba aquel lugar como una fuente de energía, cuestión que él, con su natural
lógica, comparaba con una gran comida que tras ingerirla se tiene que digerir.
Inmerso en la nada caminaba sin ninguna dirección, aunque le dolían los pies y
su garganta se mostraba resentida por la gélida cerveza consumida momentos
antes. Se esforzaba en seguir su paseo para que el revoltijo de sensaciones hiciera
patria en pensamientos inconscientes, sosegado estado de levedad al cual recorría
habitualmente para satisfacer el libre albedrío que exigía su caprichosa mente.
Al cabo de unos minutos giró por una calle menor en donde el tránsito de
individuos se hacía más copioso; se palpaba una pasividad en sus andares propia
de quienes no poseen destino. Se detuvo un momento ante una barbería. Tras el
escaparate se podía ver, sobre asientos de caduco diseño, cómo peinaban a dos
hindúes mientras otros cuatro esperaban su turno fumando unos cigarrillos
liados. Alzó la mirada en un acto reflejo y leyó en el mugroso letrero
“Peluquería Nasir”. El nombre no le decía nada, pero estaba seguro de que ya la
había visto, y giró su rostro hacia el camino recorrido, comprobando que en su
campo de visión se observaban dos peluquerías de idénticas formas y clientelas.
Con una sonrisa curiosa reinició su paseo, pero ahora sin perderse detalle. Era
cada vez más evidente que se encontraba en un barrio marginal, algunos
emigrantes aburridos se cruzaban con él, otros se mantenían apostados en las
esquinas con la mirada puesta en la nada, vacío que, aunque falto de
esperanzas, era carente de angustia. Desilusión agradecida ante el lugar que
reservaba el primer mundo a sus desheredados. Ahora, aparte de las peluquerías,
también proliferaban con idéntica similitud tiendas de comestibles de factura
extranjera y locutorios cargados con imágenes de cantantes y actores de
Bollywood. Se percibía que la clientela que visitaba estos establecimientos más
que abastecerse de suministros o poner conferencias telefónicas, buscaban encontrarse
con gente de su misma cultura.
Negando su cansancio Marc
seguía adelante, pero algo cambiaba según continuaba avanzando. Reconoció en el
rostro de las personas un grado de agresividad que le empezó a perturbar, luego
como salidas de la nada, le fueron cortando el camino putas de actitud
decidida, las cuales reconocieron en él a un intruso que nada tenía que ver con
la clientela que frecuentaba esos lares. Mientras macarras de insustancial
mirar lo observaban todo. Podía reconocer en aquellas putas los moretones de
sus últimos clientes o aún peor, de aquellos proxenetas de policíaca
expectación. Más de una, al observar la profunda mirada del escritor, descubrió
lo fingida que era su indiferencia confundiendo esa pose con la aprensión de un
purista; por lo que empezaron a increparlo llamándolo maricón unas y otras
lanzado gargajos a su paso mientras esgrimían gestos obscenos o maldiciones en
idiomas ajenos. Según avanzaba, nuevas rameras le increpaban aún con más rabia
por desconocer el motivo del alboroto. Ahora los macarras con los que se
cruzaba habían cambiado su postura y se mostraban amenazantes. Manteniéndose lo
bastante tenso para empezar a correr cuando fuera necesario, logró salir a una
calle abierta donde la gente paseaba ajena a lo que se cocía a tan sólo unos
metros. Se giró y, desde la distancia, observó de nuevo aquella maraña de
gentuza arrepintiéndose de no haber podido pasar inadvertido y renegó de lo
arriesgado que sería volver sobre sus pasos. Daba por seguro que su mirada,
influenciada por los nervios, no había sabido absorber todo el cúmulo de
historias que gritaban esos rostros, historias que seguro no le hubiera costado
trabajo dibujar con palabras.
Se tomó una cerveza
en el primer bar que encontró y, aunque su garganta se quejó ahora con mayor
fuerza, la ignoró. Había sido un gran día. Daniel, que según supo por una llamada
se encontraba en la zona, se reunió con él:
-¿Has tomado buenas
fotos?
-Nada, un desierto.
Tienes mala cara –a lo que Marc respondió con la descripción de las sensaciones
que había tenido en aquella calle. Pero cuando empezó a reconocer el brillo en
los ojos de su amigo, se apresuró a exagerar el peligro de la empresa que se
adivinaba en las pupilas del fotógrafo. Éste, más convencido por la falta de
luz que por el temor de su amigo, fue a buscar consuelo en otra cerveza, mientras
Marc revisaba las fotos en la pantalla digital. En verdad eran bastante malas,
pero una llamó su atención. Al volver Dani con la cerveza, un gemido desde la
entrada ahogó la pregunta que salía de sus labios.
Un hombre no había
calculado bien la distancia que lo separaba de los escalones, precipitándose al
suelo con tan mala suerte que apoyó su mano sobre un cristal que había pasado
desapercibido hasta ese momento. Las personas de las mesas más próximas se
acercaron rápidamente para ayudarlo a incorporarse, pero cuando descubrieron
que sangraba por una mano, casi todos abandonaron su intento. Sólo dos mujeres
lo auxiliaron, aunque sus rostros delataban la misma simbiosis de asco y miedo
que los que habían reculado. Ante esta
escena, en la servilleta de papel que había en la mesa Marc escribió:
Sangre, líquido que en otros tiempos despertaba
sentimientos mutuos, rojo espejo de todos los alientos. La gente de ahora, sólo
ve en ella el medio con el cual contraer todo tipo de enfermedades incurables.
Lo que antes era la esencia de la vida, se ha convertido en un viscoso conducto
hacia la muerte.
Texto
extraído de la novela inédita “No tienes
porque hacerlo”
Jorge
Maruejouls
Humedad entre tijeras
Lo que le llamó la
atención fue que calzara unas bambas modernas como las que suelen llevar las
jóvenes. La manera en que se ajustaban a sus delgados tobillos le entusiasmó,
era como si en aquel detalle viera una puerta a una perdición deseada
íntimamente. ¿Quién controla el deseo cuando la ilusión por algo nuevo nace sin
pedir permiso, intentando arrastrarte mediante la imaginación hacia algo tan
volátil como la libertad? Pero allí estaba ella, pensativa, con una mirada que
le hacía aparentar un misterio que con seguridad no poseía. Todo es maravilloso
cuando no sale de la ficción, la verdad es casi siempre detestable por su cruel
banalidad. Sería fantástico que solo nos alimentáramos de sueños pero hemos
heredado la fatal necesidad de los chimpancés de palparlo todo, desenmascarando
nuestras ilusiones con la certeza de la simplicidad. Sólo hace falta un timbre
de voz erróneo para arrastrarnos de nuevo a la realidad de la vulgaridad
humana.
Como adivinando las
cavilaciones del escritor, se marchó en silencio evitando cualquier muestra que
rompiera su buen sabor de boca. Tras la oportuna huida de su esporádica musa, se
sintió inquieto. Últimamente se ponía nervioso ante la gente. Aunque no le
importaba lo más mínimo, no podía evitar ser consciente de sus actos y seguir
sus conversaciones. Sofocado intentaba evadirse en la lectura de su libro, pero
la mujer de al lado se quitó el abrigo. A la que estaban retocando empezó a criticar
el peinado hecho el mes pasado. La muchacha que barría se miró el reloj con desgano.
Todo era absorbido por su mente menos en lo que quería centrarse. Esas
informaciones entraban en él de manera simultánea, dejando la lectura en un
segundo plano, donde las palabras del maestro Vargas Llosa flotaban
entreteniendo su subconsciente.
Siempre tenía que levantar
la mirada para observarla. Este proceder la había hecho poseedora de una falsa
altura, malentendido que sus ojos no habían querido desenmascarar cuando han
tenido la oportunidad. Como la mayoría de pelirrojas es excesivamente blanca,
si no fuera por su perseverante sonrisa su semblante tendría la aureola de las
mujeres de Poe. Con frecuencia comete la estupidez de modificar el carmesí de
su melena mediante ocres de moda, falta de gusto que le añade algunos años.
Aunque nunca ha tocado su piel sabe que es tersa, suavidad por seguro
conseguida mediante el lustre constante con cremas oleosas y panaceas
aromáticas. La humedad de sus manos despierta ambiguamente la sensualidad de su
cuerpo, que sin desperezarse deja que su mente se alimente de sus propias
imaginaciones, las cuales se consumen en la hirviente visión de la cúpula
rosácea de sus tornados senos, donde de una manera impúdica se le muestran
erguidos los pezones.
Presiona las pupilas
con sus párpados para sacudirse la imagen que le ha hecho sudar. Desde su
asiento mira cómo su víctima continúa su quehacer ajena a la perversión de sus
pensamientos; pero entonces se detiene y con una sonrisa en la que se trasluce
complicidad se acerca a lavarle la cabeza, lo hace de una manera mecánica, no
quiere que ese acto se convierta en la antesala del placer que le va a brindar.
Utiliza agua fría para evitar que su predisposición al gozo estropee sus planes.
Es tan obvio el ritual que no se inmuta ante la evidencia de sus actos, todo
está bajo las claves de un guión no escrito.
Después de lavarle el
cabello lo dirige con la mirada a otra silla, mientras le sigue en silencio. Puede
sentir cómo sus ojos recorren su espalda. -No debí haberme puesto la camisa que
llevo, es muy apretada y delata la dejadez de mi cuerpo- reflexión que pasa sin
calar en él. Al sentarse de nuevo le desabrocha dos botones de la camisa. Sabe
que no empezará con él hasta que todos se hayan ido, lo suyo necesita del
silencio y la soledad, sólo entonces nota cómo la yema de sus dedos empieza a
tocar su cabeza. Aunque conoce a la perfección la forma de su cráneo siempre
sigue la misma secuencia
-como si fuera la primera vez que lo palpara-,
para que luego la pulpa de sus dedos comiencen la danza que jugará con las
fibras de sus sentidos. Baja sus manos para apretar obsesivamente su cuello,
como quién pretende fundirse en las arremetidas de un amante. Luego, con sus artes,
atrapa sus apelmazados nervios en la base, guiándolos por la carretera de las
cervicales los conduce hasta su cabeza, que se emborracha con la sensibilidad
que la envuelve, convirtiéndola en un enorme glande que la peluquera no deja de
colmar de sensaciones. Luego, de nuevo, lo relaja, proceso totalmente necesaria
para no romper las reglas de la ambigüedad.
Hacía tiempo que
conservaba a la misma joven de aprendiz y por la naturalidad con que le mencionaba
los nombres de amigos y familiares, demostraba que se había convertido en su
confidente. Marc podía adivinar en los ojos de la muchacha la admiración que
sentía por su jefa, una admiración no exenta de un cierto recelo, que por
seguro aplicaba a todas sus relaciones personales. La perorata insaciable de la
mayoría de las clientas y las rápidas respuestas prefabricadas de la muchacha
disimulaban lo silencioso de su carácter, aunque bastaron pocos deslices del
mismo para regalar el descubrimiento de que esta manera de ser no encerraba
inteligencia como suele ocurrir, sino por el contrario una concienzuda
ingenuidad. Con fingida naturalidad Marc provocaba deslices para husmear en
busca de la fuente de su recelo, dando por seguro que éste no era algo
inherente a su forma de ser.
Cuéntame que te pasó
-parecía pedirle con la mirada. -Una noche siendo niña alguien en quien confiabas
te leyó un cuento en la cama y tus suplicas para que dejara de tocarte se
ahogaron en tu vergüenza ¿Lo recuerdas? ¿Fue eso? Imposible, a ti nunca te
contaron cuentos, como tampoco a tus padres. Esas cosas se notan. Tal vez te
enamoraste por primera vez de la persona equivocada, abriendo tu cuerpo a un
indeseable que luego te engañó. La vaga forma que se intuye tras la bata parece
negarlo.
¿Dónde viste el mal? ¿Qué cara tenía ese demonio?
¿Qué fue lo que te hizo? ¿Por qué no me lo cuentas?
Mientras observaba
disimuladamente el reflejo de la muchacha en el espejo, una voz lo arrancó de
sus divagaciones.-Marc, ya estas- dijo la peluquera con un tono en el que
nuestro amigo creyó reconocer cierta celosía.
Texto extraído de la novela inédita "No tienes porque hacerlo"
Jorge Maruejouls
@jorgemaruejouls Gracias Jorge, me recordó "el marido de la peluquera"
— ♫♬Angélica Pérez (@ballesterada) diciembre 31, 2013
Lo siniestro en el cine
Lo siniestro no es
simplemente aquello que nos ocasiona temor, existe una dialéctica más compleja
en el concepto, una formula mucho más elaborada, más efectiva a la hora de
conseguir una verdadera impresión emocional. Efecto que puede dar en la
membrana más intima del equilibrio, despertar aquello que creímos haber vencido,
que ocultamos pero no pudimos eliminar por formar parte de nosotros, de nuestra
historia, de nuestra vida.
No estamos ante una
suerte de invento que despierte nuestros temores, sino ante nuestros temores
mostrados como algo real, una vuelta de tuerca ante aquello que no
considerábamos peligroso por no reconocerlo, por tenerlo oculto y que ahora se
muestra a su libre albedrío.
Por tanto al ser nuestro
entendemos que podría ser a su vez algo familiar, alguna especie de sospecha,
de miedo, que por su incongruencia no lo aceptamos como peligro real, pero que
en su momento tuvo la gravedad suficiente para no olvidar aquella sensación de
incertidumbre. Aquella sospecha se enterró en las profundidades de la memoria, invernando
en nuestro subconsciente. Y su vuelta es lo que se entiende como siniestro.
Un ejemplo de lo
siniestro lo encontraríamos en los autómatas en aquello que consideramos humano
y que al instante se nos muestra como un objeto inanimado. No estaríamos sino ante
algo que nos es conocido en sustancia y que de repente se convierte en ajeno,
algo que pasa de lo familiar a lo extraño en un instante creando
irremediablemente una inseguridad ante aquello que sabemos o que creemos saber.
¿Hasta que punto nos
estaremos engañando?
No será todo una
mentira, reflexiona inconscientemente nuestra mente.
Luego como siniestro
también está el recurrente motivo de la castración y no solo de los genitales
sino la castración como el desmembramiento de alguna parte del cuerpo. Es como
si al profanar aquello que es sagrado para ti, como lo es tu cuerpo, estuviera irremediablemente
convirtiéndolo en algo extrañamente ajeno algo que ya no es tuyo.
Lo siniestro también
esta afincado en la repetición, cuando una circunstancia se repite en el tiempo
de manera anormal nos invade una sensación terrible, es como si en nuestro foro
interno tuviéramos el anuncio que esa extraordinaria coincidencia trae el
germen de una desgracia inmediata.
Por último también
podríamos encontrar lo siniestro en nuestros complejos infantiles en aquellos
traumas olvidados y que consideramos superados pero que en un momento dado
vuelven como ciertos, como propietarios de una verdad olvidada.
Los tres títulos que presento
a continuación son exponentes claros del concepto de lo siniestro, en su
aspecto de aquello familiar y conocido que se muestra como extraño. El más
efectivo y el menos recurrente en el cine.
El resplandor de Stanley Kubrick
Es la historia de un
escritor llamado Jack que buscando la soledad necesaria para escribir su obra
acepta durante el invierno, hacerse cargo de un hotel en las montañas quedando él,
su mujer y su hijo aislados de la civilización. En el pasado el Hotel había
sido escenario de unos dantescos asesinatos, revelación que Jack decide
sospechosamente, ocultar a su mujer,
según avanzan los días el carácter de Jack va cambiando, se convierte en
un hombre irritable y van haciéndose visibles seres que habitaron el hotel, la llegada
de una tormenta parece ser el detonante.
El padre de familia acentúa
su transformación con los días mientras su hijo Danny va tomando conciencia de
los poderes extrasensoriales que le advierten de un peligro inminente, pero es
su padre quien lo mantiene atado a una falsa realidad, es su progenitor quien
alimenta su estabilidad con falacias, las mismas que desde un principio utiliza
con su mujer, mentiras de las que él irremediablemente forma parte. Algo que
demuestra en la habitación 237 cuando huye de la mujer que se ha convertido en
un cadáver putrefacto, él huye no asustado, sino como si ya supiera que algo
iba mal, él está ocultando algo que ya sabia y no entiende porque ha salido de
ese lugar donde lo mantenía escondido, lo deja bajo llave y luego vuelve con
Wendy y le miente.
Pero un día Jack
empieza a mostrarse diferente ante ella y su hijo, ellos ya no reconocen al
Jack que aman, y lo que es peor tienen que dar paso al Jack que niegan pero que
no olvidaron nunca, el Jack que hizo daño al niño por tirarle unos papeles mientras
escribía, el Jack violento.
Estos dos inocentes
se ven sorprendidos por aquello que sabían y que no querían aceptar, aquello por
lo que se dejaron convencer para satisfacer a su padre, a su marido. Ahora que
la tormenta impide cualquier huida, lo siniestro se muestra ante ellos.
Twin peaks: El fuego camina conmigo de David Lynch
La película describe
los últimos días de vida de Laura Palmer, una chica que aún representando todo
lo modélico del pueblo Twin peaks, mantiene una doble vida de perversión en
donde se prostituye con frecuencia, esto no solo responde a su viciado carácter
sino también a su necesidad de evasión, su ansiedad por oscurecer una sospecha
que no quiere admitir.
Obviando la temática
de la película y el ritmo acompasado del trascurrir de la historia, vemos que
ya en el minuto dieciocho dos inspectores investigan el bar donde trabajaba la primera
víctima, uno de los clientes del bar repite la misma pregunta sumergiendo a los
agentes en la sospecha de algo extraño, pero la alerta aumenta cuando nos damos
cuenta que los policías que llevan hasta ahora el peso de la historia, caen en
el mismo vicio trasladando la alerta sobre nosotros mismo.
El surrealismo de
algunas escenas muestra un mundo onírico que vive paralelamente al nuestro y
que a su vez toma espacio en nuestra conciencia de lo real, nos confunde
convirtiendo poco a poco nuestro mundo en un lugar extraño nos adormece antes
de transportarnos a ese lugar de nuestra mente donde habita lo siniestro.
La trama nos enseña a
una Laura Palmer con una escasa estabilidad psicológica a la vez que nos va
desvelando que es lo que ha debilitado su equilibrio emocional. Aquí sin preámbulos
nos muestra como lo siniestro a poseído su vida, como aquello que le era familiar,
aquello que amaba, se muestra extraño, empieza a temer a su padre, no reconoce
su actitud y siente un miedo atroz ante el extraño que ve él. Aquel monstruo
que desde los doce años, como ella misma reconoce, la quiere poseer, ya no teme
a su imaginación sino a lo que está ha creado, aquello inanimado ha tomado
vida. Lo siniestro aquí también será al final totalmente visible aunque esta
vez con un resultado nefasto para Laura Palmer.
La profecía de Richard Donner
Es la historia de una
familia de renombre americana que tiene dificultades para tener hijos, por lo
que el marido al sufrir su mujer un aborto, adopta de manera algo extraña un
niño en el mismo momento y lo hace pasar como propio ante su esposa. Los años y
la carrera política del marido avanzan y con esta se abre un prometedor futuro
en la familia, todo bajo un marco inmejorable de amor familiar, pero al cumplir
cinco años Damian, empiezan a ocurrir a su alrededor una serie de sucesos
extraños, comenzando por el suicidio publico de su institutriz, en forma de
sacrificio en su nombre. Acontecimientos que son tomados por la familia como
hechos que atentan contra la seguridad de su hijo reafirmando con estos, los
lazos paternos y maternos en el núcleo familiar. Pero las cosas cambian cuando
el niño empieza a ser el protagonista de estos sucesos extraños, algo comienza
a perturbarlos ahora de una manera mucho más sería, lo extraño empieza asomar
en lo familiar, lo siniestro empieza a mostrarse, pero el amor familiar negara
las evidencias. Hasta que estas se hacen insalvables en la madre la misma que
es víctima en primeras instancias de aquello maligno en lo que se ha convertido
su amado hijo, si aquello familiar se ha convertido en extraño para ella. Para
el padre conocedor del origen secreto del niño aquello siniestro se muestra aún
con más gravedad, aquello de lo que empezaba a tener sospechas es ahora una
realidad siniestra y solo queda hacer el peregrinaje de hartarse de las razones
empíricas que le den las armas para enfrentarse a aquello que ya acepta como
irremediable, como cierto. Su hijo es un extraño que ataca directamente a su
familia.
Jorge Maruejouls
Lo que se esconde en la noche
Noche en la que convergen todas
las sensaciones, en la que parece haberse engendrado todos los pensamientos, el
dulce olor del alcohol en el que nunca tuve el valor de sumergirme pero en el que
si anegue todos mis sueños, negarte y negarme a la vez. Ahogar bajo la soporífera
neblina de opiáceos la necesidad de tu
existencia, la ansiedad de sentirte, tan visceral que todo se mostraba absurdo.
Pero la realidad se extravió para siempre
Tocado de tu oscuridad, asustado,
me albergue de tu sombra en la brutalidad de momentos insustanciales, huí de la
humedad en la que guardas tu noche. Confundido por la aspereza de lenguas extrañas,
restos de sal que han ulcerado mi alma, secretos que mi carne esconde entre las
pieles de su vergüenza
Vergüenza a vomitar tu
grito
Todo pasa, al final te
acostumbras a los días… a los meses… a los años… a tu existencia, piensas en lo
pasado y rebufas complaciente ante lo que es tu vida.
La responsabilidad no se acaba… pero
al oscurecer el viento te devuelve un amargo secreto… un susurro… se donde
estas y no huirás… pero la amenaza es horrible puesto que nunca acontece… y
cada día vuelve a ser como el anterior… como el mes anterior… como el año
anterior… El papel se quiebra hasta romperse sin que sea capaz de encontrar las
palabras adecuadas, la piel se quiebra hasta romperse sin que sea capaz …
Jorge Maruejouls
Sin palabras. @jorgemaruejouls jorgemaruejouls.blogspot.com.es/2012/11/lo-que…
— Magüi Cabral (@larubiadelabic1) 17 de marzo de 2013
@jorgemaruejouls Buenos días, Jorge. Es imperdonable: la primera vez que te leo. Muy poético el relato. Me parece fantástico.
— Pablo Hdez Walta (@PABLOHDEZWALTA) 19 de mayo de 2013
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